Hace poco me desperté con este pensamiento: “pequeños cambios, hacen grandes progresos”.
Siempre es necesario el cambio que nos hace crecer, y para lograrlo se requiere determinación y disciplina. Y más si se trata de hacer mejoras en nuestro carácter.
Es muy importante el cambio que nos mejora, necesitamos trabajar para dejar esos “detalles” de carácter o de hábitos que nos están deteniendo de un gran progreso.
Avanzar, crecer o madurar siempre traen implícito el reto de un cambio, y la necesidad de hacer esos ajustes que, aunque parezcan pequeños te van a liberar de tradiciones que ya se han vuelto una carga y que te están estorbando.
Para lograr esas mejoras es básico estar dispuesto, es decir, querer hacerlo; identificar las áreas de oportunidad en las que puedes mejorar, o bien, localizar aquello que te está costando trabajo y con lo que has estado batallando, y presentarte con tu Padre y pedirle su ayuda, que te de fortaleza, determinación y disciplina. Esto es lo mejor que puedes hacer y créeme… Él lo hará, Él desea más que nadie tu progreso y tu victoria día a día.
Recibe de Él cada día la sabiduría y dirección para cambiar tus rutinas, y verás que esos ajustes resultarán mejoras sustanciosas para tu vida.
Dice en su palabra que: “el camino de los justos es como la primera luz del amanecer, que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor” Prov 4:18 (NTV).
Eugenia Flores.