¿YO…INFLUENCER?

Últimamente y favorecido por las redes sociales, se ha puesto de moda la palabra “influencer”. Creo que no solo unos cuantos pueden ser influencia, a decir verdad, todos, sin importar si tenemos un título o un puesto importante o somos famosos o reconocidos, todos influimos en mayor o menor medida, en nuestro entorno. 

Ahora, Dios nos ha dado un propósito a cada uno en lo particular, pero de manera general y al ser sus hijos, nos ha llamado a ser influencia, una buena influencia. Nos dice en Génesis 1:28 “sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella”.

Si se trata de multiplicarnos y crecer estableciendo los principios del reino, es importante darnos cuenta de la responsabilidad que tenemos de influir, de manera correcta, con la familia, en el trabajo, escuela o en donde tengamos cierta injerencia.

Ser buena influencia es parte de tu propósito. Así que, en donde estés, en donde te desarrolles influyes con tu estilo de vida, con tu conducta, con tu hacer y modo de hacer las cosas. Entonces, es muy importante, primero: 

 1.-Tener clara tu identidad y tu lugar de influencia

Juan 1: 19-20 y 22-23 Este fue el testimonio que dio Juan cuando los líderes judíos enviaron sacerdotes y ayudantes del templo desde Jerusalén para preguntarle: —¿Quién eres? 20 él dijo con toda franqueza: —Yo no soy el Mesías…22 —Entonces, ¿quién eres? Necesitamos alguna respuesta para los que nos enviaron. ¿Qué puedes decirnos de ti mismo? 23 Juan contestó con las palabras del profeta Isaías: «Soy una voz que clama en el desierto: “¡Abran camino para la llegada del Señor!”».

Juan (el bautista) tenía claro quién era y cuál era su lugar. Juan pudo haber dicho cualquier otra cosa acerca de él mismo cuando lo cuestionaron, sin embargo, dijo “Yo no soy el Mesías…soy una voz que clama…” y lo pudo decir, porque caminaba buscando la voluntad de Dios. Cuando caminas, cuando te alineas a Su voluntad, vas a tener clara tu identidad  además, caminar en su voluntad implica tener una relación íntima con él, y esto te va a dar las herramientas y el conocimiento para desarrollar aquello que ha puesto en tus manos: dones, talentos, revelación; y así transmitir o influenciar con esos recursos en el lugar en donde te ha designado. 

Cuando conoces tu lugar de influencia es importante tomarlo, o sea, entender para que estás en ese lugar o en esa posición.  

 2.-Tomar tu lugar y ser obediente

Un ejemplo es el rey Josías. Empezó a buscar a Dios al 8º año de su reinado, hizo lo agradable a Dios… y a partir del v14 en 2º de crónicas 34, dice que mientras hacían trabajos en el templo, encontraron el rollo de la ley, se lo llevaron al rey y  lo leyeron… y convocó a los ancianos, y después con toda la gente leyó el rollo…y en el v 31 vemos…

2 cron 34:31 Entonces el rey se puso en su lugar e hizo un pacto delante del Señor: andar en pos del Señor (obedecer) y guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos con todo su corazón y con toda su alma, para cumplir las palabras del pacto escritas en este libro…32 Además, exigió a todos los que estaban en Jerusalén y en Benjamín que hicieran una promesa similar. El pueblo de Jerusalén lo hizo, y renovó su pacto con Dios, el Dios de sus antepasados

Este rey tomó su lugar, entendió lugar que ocupaba y lo que él tenía que hacer como autoridad, como líder, como influencia.

Nos dice la biblia que somos reyes y sacerdotes. Como rey, como influencia, se trata de representar a Dios hacia afuera, hacia tu entorno, creer quien eres en Dios, tomar responsabilidad de ese lugar que ya tienes y entonces ser esa buena influencia. 

¿Y cómo hacerlo? Ya lo mencioné antes; en estrecha relación con Dios, siendo obediente y llevando a la práctica en tu propia vida lo que la palabra te enseña, lo que te es revelado. Estableciendo metas sobre lo que quieres logar, definiendo que pasos tienes que dar para logarlo. 

3.- Piensa más allá de ti. 

Dios te enseña, para que tú lo vivas y lo transmitas,  es decir, tener una disposición a ser enseñado y guiado. 

Nos dice el Salmo 72:1-3 NTV Oh Dios, concede al rey tu amor por la justicia, y da rectitud al hijo del rey. [Otra versión dice–Oh Dios, da al rey conocimiento de tus juicios, Y el espíritu de Tu justicia al hijo del rey para guiar todos sus caminos]. Ayúdale a juzgar correctamente a tu pueblo;  que los pobres siempre reciban un trato imparcial. 3 Que las montañas den prosperidad a todos y que las colinas sean fructíferas.

Nos dice “concede al rey tu amor por la justicia…” esto es adquirir el conocimiento que viene directamente del corazón de Dios, es aprenderlo, atesorarlo y vivirlo para transmitirlo, porque el asunto no termina contigo, eres enseñado para influenciar a otros y ellos a su vez, ser influencia.

-Se trata de tener un espíritu enseñable, de ser influenciado por Dios, se trata de conocer, vivir y transmitir los fundamentos, empezando por nuestros hijos.

Así que, en tu lugar de influencia o autoridad, es necesario ser enseñados contantemente, crecer, ser guiados, porque tienes una responsabilidad, la de transmitir a tus hijos esos fundamentos;  y va a ser esa sabiduría, ese conocimiento aplicado lo que te llevarán a conquistar y prosperar en la montaña que está delante de ti, sea familiar, en el área educativa, en artes, finanzas, etc.)

 4.-Pensar de manera generacional, disfrutar de los frutos y ser proactivos.

Salmo 72:6-8 Que el gobierno del rey tenga la frescura de las lluvias de primavera sobre la hierba recién cortada, de los aguaceros que riegan la tierra. 7 Que florezcan todos los justos durante su reinado; que haya prosperidad abundante hasta que la luna deje de existir. 8 Que reine de mar a mar, y desde el río Éufrates hasta los extremos de la tierra.

Vimos antes que eres rey, pero para ser efectivo en esta área, tienes que estar bajo la autoridad del Señor porque él es el rey de reyes. Si te sometes al su gobierno, si caminas y te desarrollas bajo su guía, vas a poder ver florecimiento en tu entorno, va a haber crecimiento, habrá orden y armonía. 

Dice: “que haya prosperidad abundante hasta que la luna deje de existir. Que reine de mar a mar…” Prosperidad abundante es el curso favorable de las cosas o éxito en lo que se emprende, sucede u ocurre. También se trata de bienestar material;  y que sea extendido, que abarque generaciones, dice “de mar a mar”,  de manera generacional extendiéndote, creciendo el territorio, siendo proactivo, con iniciativa, porque se trata de que el legado perdure. 

Salmo 67:1-3 y 6 Dios tenga misericordia de nosotros, sea bueno y nos bendiga, Y haga resplandecer su rostro [con favor] sobre nosotros. 2 Para que sea conocido en la tierra tu camino, Tu salvación y liberación entre todas las naciones. 3 Que los pueblos te alaben, oh Dios; Que todos los pueblos te alaben…6 La tierra ha dado su cosecha [como evidencia de Su aprobación]; Dios, nuestro Dios, nos bendice.

Es la misericordia y el favor del Señor, al proveerte de recursos, las ideas, la creatividad, las conexiones o relaciones, o las finanzas que son requeridas para cumplir el propósito de crecer, de extenderte y establecer el reino, Su reino y que él sea conocido. Se trata de ser diligente e influir con la cultura del reino para que Su propósito sea cumplido. (Que la tierra sea llena del conocimiento de su gloria…Habacuc 2:14)

6.-  Necesidad de la capacitación, de la guía del Espíritu Santo. 

Lucas 4:17-19 Le dieron el rollo del profeta Isaías. Jesús lo desenrolló y encontró el lugar donde está escrito lo siguiente: 18 «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados,  que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, 19 y que ha llegado el tiempo del favor del Señor».

Ser buena influencia y cumplir el propósito requiere la capacitación, la unción del Espíritu Santo. La tarea no es sencilla, el desarrollo del carácter, de los hábitos correctos, ser diligente, no es algo que sucede por “arte de magia”. Es necesario disciplina, humildad, servicio y obediencia. 

Tenemos muchos ejemplos en la Biblia de personas que ejercieron esa influencia positiva que marcó diferencia en su entorno: José, Daniel, Gedeón etc. El mayor y mejor ejemplo es Jesús, cuya influencia marcó la historia en antes y después de él, y que sigue vigente su influencia hoy en día, transformando vidas porque él está vivo.  

Así que, aplícate…mejor dicho, apliquémonos para influenciar correctamente en el lugar y con las personas que estemos. Vivamos nuestra identidad de hijos de Dios, mantengamos nuestra relación estrecha con él y así recibir la sabiduría, guía y capacitación del Espíritu para ser proactivos, desarrollar el carácter necesario, junto con la valentía y determinación de llevar a cabo el plan de Dios en nuestra vida y entorno. 

Eugenia Flores