NUESTRO CAMINO GUÍA SU CAMINO

Hemos escuchado el dicho, “Por la vista nace el amor” esto me lleva a reflexionar ¿que tanto he sido un ejemplo para mis hijos en su camino hacia Dios? y al mismo tiempo, ¿qué tanto tiempo de calidad les doy?

 Actualmente, el estilo de vida y parámetros que nos marcan los medios digitales y tendencias sociales hacen que nos enfoquemos a cumplirlos; asi que, en la búsqueda de encajar en esa estructura terrenal nos dejamos guiar por la ideología predominante de dar libertad de elección a nuestros hijos, de no darles la vida que tuvimos, de no tenerlos “controlados” y “reprimidos”, de no poner límites en su conducta y muchas cosas mas que nos hacen “encajar” en la ideología actual y ser aceptados por la gente que nos rodea y por la sociedad en las redes sociales.

Un escape o respiro para cumplir con todo lo anterior ha sido el darles libre acceso a redes sociales y a información en la red, no supervisamos lo que ven o de lo estan alimentando su mente, corazón y espíritu; es bueno que se actualicen y vayan a la par de los avances tecnológicos; pero es más importante la información que reciben, recordemos que hay un dominio muy fuerte en todas las redes sociales y debemos dar ese tiempo de compartir que ven, hacerlos razonar lo que ven o escuchan en base a los principios del reino, compartir y disfrutar los momentos que tenemos con ellos, por mínimos que sean.

RECORDEMOS QUE LOS HIJOS NOS HAN SIDO DADOS PARA GUIARLOS Y FORMARLOS COMO HIJOS DE DIOS.

Y ahora llegas al punto de que esa guía debe ser en el ejemplo, podemos hablarles miles de horas sobre la vida de Jesús y no veremos mucho resultado, ya que ellos aprenden del ejemplo, de nuestro ejemplo, no van a leer la biblia si no nos ven leerla a nosotros, si ven que oramos, si ven que no ponemos pretextos para las reuniones, que nuestro tiempo se organiza para darle tiempo a nuestra relación con Dios, si ven que nuestra prioridad es Dios; ellos lo harán y será de una manera natural y sin presiones.

Nosotros tremos hábitos y tradiciones desde generaciones, es momento de romper las que nos alejan de Dios y empezar con hábitos que nos lleven a sembrar la semilla que dara fruto en la vida de nuestros hijos; ser hijos de Dios desde nuestro hogar, ser luz para nuestros hijos y recordar la gran responsabilidad que tenemos con ellos y con Dios de llevarlos por el camino que Jesús ha marcado; esto no debe hacernos caer en una religiosidad, pues nosotros tenemos el entendimiento de lo que es ser hijo y de esa forma, con base en nuestra FE, guiemos a nuestros hijos y estemos al pendiente de lo que ven, oyen y aprenden; ser el ejemplo que Dios quiere para estas nuevas generaciones, que vean las bendiciones de Dios en la vida de sus hijos; recuerden: “DE LA VISTA NACE EL AMOR”.

 

 Edgar Cerón