ACTIVEMOS EL CORREO DEL CIELO

Desde que era niña me ha gustado recibir cartas, cuando aprendí a escribir me gustaba enviar cartas para mi familia y era una hermosa costumbre que teníamos entre primos; enviarnos cartas las veces que se pudiera.

 Pocas veces usé el correo pero mis abuelos nos ayudaban siendo los carteros de la familia. Y recuerdo esa emoción que podía sentir cuando llegaban a casa y decían “traigo carta”. Nos poniamos felices de poder recibir noticias de nuestros primos y enterarnos de todas las cosas que tenían por contarnos.

 Las cartas son para eso, para poder tener noticias de otros, en ellas te enteras de aquello que la persona que la escribe te quiere contar. En 2 Corintios dice que nosotros somos cartas que todos pueden leer. 

Nuestras cartas son ustedes mismos, y fueron escritas en nuestro corazón, y son conocidas y leídas por todos.” 2 Corintios 3:2 RCV

 Somos esas cartas que cuentan del amor y poder de Dios en la tierra. Tu y yo podemos contar al mundo lo bueno que es Dios con nosotros, somos esa carta que Dios escribió para que otros puedan tener noticias de Él.

 Todo lo que Dios ha hecho en ti, la manera en que te ha transformado, los milagros que ha hecho en tu vida, las promesas que ha cumplido, son testimonio de que tenemos un Dios vivo, un Dios que quiere que lo que tu tienes otros lo tengan también.  

 Es por eso que te invito a que no te quedes callado, que así como en mi infancia, otros se alegren de recibir noticias de Dios en su vida, que esperen ansiosos poder platicar contigo, escuchar la buena noticia, deleitar su oído escuchando cuan bueno es Dios y lo mejor, que anhelen poder tener ese encuentro con Él y experimentar Su amor y su bondad. Y en algún tiempo poder ser portadores de Su palabra, cartas escritas con Su amor y que todos puedan y quieran leer.

No te canses de hablar ni dejes de actuar conforme a Su voluntad, sé un portador de buenas noticias y activa el correo del cielo con tu vida.