La vida como creyentes en Cristo se basa en principios y uno básico es entender que ahora vivimos en un reino del cual Jesús es el rey.
Colosenses 1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo
Cuando esto se hace carne en nuestra vida nace en nosotros el deseo de buscar la voluntad de nuestro rey tocante a nuestras áreas de influencia: casa, trabajo, escuela, negocio etc.
Al leer el libro de Crónicas, es fácil notar que cuando estaba en el trono un rey “bueno”, guiaba al pueblo a hacer lo bueno, por el contrario, cuando subía al trono un rey “malo” guiaba al pueblo a hacer lo malo. O sea, que el carácter del rey se manifiesta en su pueblo, en su reino.
Esto nos debería provocar ver hacia adentro, hacia nosotros y la familia, qué es lo que reflejamos, el carácter de quien estamos expresando.
Reconocer a Jesucristo como Rey no sirve si solo es “de labios para afuera”, como mero dicho religioso sin ninguna repercusión en nuestro estilo de vivir.
Reconocerlo como rey, como la autoridad que rige nuestra vida, como soberano, conlleva a una transformación en la forma de pensar y por lo tanto de actuar y al reordenamiento de prioridades y cambio de hábitos. Es necesario alinearnos a su carácter y que éste sea manifiesto en las áreas de influencia, creo que es algo que necesitamos buscar todos los días, mostrar humildad y reconocer que no lo hemos logrado al 100 %, pero considero que tener este principio arraigado, prácticamente tatuado en el corazón nos impulsará día a día hacia esa meta.
Dio también el sacerdote Joiada a los jefes de centenas las lanzas, los paveses y los escudos que habían sido del rey David, y que estaban en la casa de Dios; y puso en orden a todo el pueblo, teniendo cada uno su espada en la mano, desde el rincón derecho del templo hasta el izquierdo, hacia el altar y la casa, alrededor del rey por todas partes. 11 Entonces sacaron al hijo del rey, y le pusieron la corona y el testimonio, y lo proclamaron rey; y Joiada y sus hijos lo ungieron, diciendo luego !Viva el rey! (2 Cronicas 23:9-11)
Este pasaje nos deja ver que podemos tener el equipamiento, las armas, la capacitación, el coraje, pero encima de todo eso, es indispensable reconocer quién es el Rey a quien servimos. Que es el reino de Jesucristo el que debe ser establecido en nuestro carácter, familia, en la formación de nuestros hijos, en fin… todas nuestras actividades.
Eugenia Flores.
