¡QUE LES CAIGA UN RAYO!

Cuántas veces no nos ha pasado que ante el comportamiento inapropiado de una persona queremos orar para que les caiga un rayo. A mi me ha pasado varias veces. Leí esto en Lucas 9:52

“…Cuando Santiago y Juan vieron eso, le dijeron a Jesús: «Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que los consuma?»…”

¡Ay! A veces si se antoja, y a veces me siento atraído tanto por la idea que después me siento culpable por tener esas intenciones.

En un sin fin de ocasiones he conocido gente que cree que se va a salir con la suya, y no estoy hablando de incrédulos, sino de creyentes. Eso es lo que me mueve, uno no es perfecto, no lo digo desde la trinchera de yo soy el mas santo, lo digo desde el punto de la coherencia y de tratar de cada día emparejar mas nuestra conducta a los estándares divinos.

A veces encontramos gente que se cree más lista que Dios, gente que abusa de la gracia, gente que de verdad cree que puede andar en la vida sin darle cuentas a nadie, y la lista es enorme. Cabe mencionar que hay peores pero que con una fe apasionada intentan alinearse cada día a Su Palabra.

Pero de repente entendí algo, cuando leí la respuesta de Jesús para esos momentos donde queremos fulminar a alguien. Mira

“…Pero Jesús se volvió y los reprendió. Y les dijo: «Ustedes no saben de qué espíritu son. Porque el Hijo del Hombre no ha venido a quitarle la vida a nadie, sino a salvársela.» Y se fueron a otra aldea…” Lucas 9:55-56

Lo primero y lo obvio es entender que somos de un Espíritu que busca la misericordia, el perdón y la restauración de las personas, así como su perfeccionamiento a partir de un punto en decadencia.

Lo segundo que entendí es que Jesús no se preocupaba de que le cayera un rayo a los que no entendían o a los que su conducta fuera contraria a sus enseñanzas. Jesús sabía y sabe que no hace falta ese tipo de oración.

Las propias acciones de cada persona traerán tarde o temprano sus consecuencias. No hace falta pedir que caiga un rayo. El amor de Jesús es tratar de que todos lo entiendan y no sufran por sus propias malas acciones, y aquí donde tratamos de imitarlo. Sabemos lo que les espera a los que no adecuan su conducta a Su Palabra y tratamos de la manera más amorosa hacerlos entender.

Armando Carrasco

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *