A VECES EN SILENCIO ES MEJOR

Muchas veces cuando buscamos a Dios lo hacemos con todas nuestras fuerzas, con todo nuestro ánimo y a veces hasta con gritos. Pero hay un punto en la busqueda de Dios que es sin palabras, en silencio. Mira lo que dice este Salmo:

“…Espero en silencio delante de Dios, porque de él proviene mi victoria…” Salmos 62:1

El silencio logra muchos resultados. En primer lugar cuando guardamos silencio disponemos nuestra mente y nuestros sentidos a recibir, a escuchar. Y muchas veces lo que quiere Dios cuando nos acercamos a Él es que lo escuchemos. Muchos le hablan, demasiados. Pero pocos muy pocos lo escuchan. Escuchar es un hábito que empieza por guardar silencio.

En segundo lugar, cuando nos quedamos callados, empezamos a disponer nuestra vida a su voluntad y a su cuidado. Porque yo no estamos pidiendo lo que nosotros creemos sino que estamos esperando y confiando en Dios. Confiar es un hábito que empieza por guardar silencio.

En tercer lugar, cuando nos esperamos en silencio, preparamos nuestra vida para la paciencia. Porque tal vez sea el punto mas estresante de nuestra oración cuando nos quedamos callados, por la simple razón de que no sabemos esperar. Cuando esperas a que Dios te hable, el tiempo en silencio te pone incómodo. Es fácil orar y pedirle pero otra cosa muy diferente es esperar a que nos hable… o simplemente estar callados junto a Él sin hablar, ni tú ni Él. La paciencia es un hábito que empieza por guardar silencio.

¿Quieres saber escuchar? Empieza por aprender a quedarte callado.

¿Quieres aprender a confiar? Empieza por aprender a quedarte callado.

¿Quieres ser paciente? Empieza por aprender a quedarte callado.

Tres características que necesitas en tu vida necesitan el hábito de guardar silencio.

Me llama la atención que guardar silencio está directamente relacionado con las victorias que Dios nos da. Después de decir que el autor espera en silencio dice: “…porque de él proviene mi victoria…”. A veces guardar silencio es tu mejor arma ante tus enemigos, ante tus problemas, ante tus angustias y preocupaciones. Guarda silencio y espera Su victoria, por que sí, definitivamente muchas veces la victoria llega cuando guardas silencio delante de Él. Así que ¡aprende a callar delante de Él!

Armando Carrasco