CUANDO LLEGAN LAS RIQUEZAS

Hay un dicho mexicano que dice: “A toda capillita le lega su fiestecita” haciendo referencia que un día a todos, nos llega la oportunidad de prosperidad. Momentos de abundancia. Y de eso quiero hablar hoy. De cómo nos comportamos cuando llega ese día que hemos esperado, ese día que todo nos sale con ganancia.

“…Y si tus riquezas aumentan, no las hagas el centro de tu vida…” Salmos 62:10b NTV

Este pasaje me dejó pensando, es un consejo claro y contundente. Cuando llega esa bendición extra, esa temporada en la que todo te sale bien, donde todo es utilidad, las riquezas pueden alterar el rumbo de nuestra vida para bien o para mal.

Lo primero que veo es que es: “…no las hagas el centro de tu vida…” veo claramente que nuestra decisión no hacerlas el centro de nuestra vida. Tú decides si las nuevas riquezas ahora son el centro de tu vida.

Antes las riquezas no eran el centro de tu vida porque simplemente no las tenías, pero cuando llegan puedes intencionalmente –no hay de otra- que ahora estas nuevas abundancias, sean el centro de tu vida. Tú decides, es por tu propia voluntad que así sea.

Analizando un poco a qué se refiere con ser “…el centro de tu vida…” No es otra cosa que todo gire entorno a tus nuevas riquezas. Que todo gravite alrededor de la fuerza central que tienen (porque tú las pusiste allí) las riquezas.

Cuando todo gira alrededor de tus riquezas, entonces son el centro de tu vida. Tu pensamiento es algo pareecido a: “Como tengo la capacidad económica de hacerlo lo hago.” Te empiezas a olvidar obviamente de Dios y su voluntad para tu vida, pero lo mas grave es que te empiezas a olvidar hasta de ti, eres gobernado completamente por tus riquezas.

Es cuando de repente Dios hace algo en tu vida en la que no puedes comprar, controlar ni obtener con dinero. Solo para llamar tu atención y aprendas que hay cosas que el dinero no puede comprar.

Dios quiere bendecirte, eso es un hecho y te quiere bendecir con abundancia en todas las áreas, incluyendo la económica. La pregunta es qué vas a hacer cuando la riqueza llegue. El consejo del salmista es ”…no las hagas el centro de tu vida…”

Hay otra versión que dice así: ”…y si las riquezas aumentan no pongas en ella tu corazón…” Esta me pegó mas, porque la primera me hizo entender que es por mi voluntad que mi vida gire en torno a las riquezas. Pero en esta veo que es mas profundo, que puedo poner inclusive mi corazón en la nueva abundancia. Y allí hay un peligro espiritual, el peligro de sacar a Cristo como el centro de tu vida.

Cristo debe ser siempre el centro de nuestra vida y el lugar donde ponemos el corazón. Que nunca se te olvide, tú decides.

Armando Carrasco