GUIADOS TOMADOS DE LA MANO

Dios es perfecto y bueno. Y es un excelente guía para la vida. Tomados de su mano podemos llegar a lugares que nunca jamás te hubieras podido imaginar llegar. Mira lo que dice la Biblia:

“…Además, ustedes son testigos de que, en el desierto, y por todo el camino que han recorrido, el Señor su Dios los ha traído como un padre que lleva a su hijo de la mano, hasta llegar a este lugar…” Deuternomio 1:31

Qué increíble que un día pudieras experimentarlo. Dios no solo es tu Dios sino tu guía y a todo lugar o nivel que haz alcanzado es porque Él te ha llevado allí. Cuando caminas con Él que no sea a Su lado solamente sino tomado de Su mano.

Esa mano firme que da seguridad al caminar a pesar de que el camino sea escabroso y a veces sinuoso. No tememos porque estamos tomados de Su mano. Tal como lo dice este pasaje, como un padre toma a su hijo.

De hecho, también es un buen ejemplo para tomar de la mano a nuestros hijos mientras los guiamos por el camino de la vida, debemos tomarlos de la mano e infundirles seguridad y balance. Un hijo te va a agradecer que lo hayas guiado pero jamás va a olvidar que fue tomado de tu mano. De la misma manera nos pasa con Dios. No solo nos guía sino que lo hace tomando nuestra mano.

Hay destinos que tienen avenidas difíciles y retadoras, sabemos el destino, vemos la meta pero cuando analizamos el camino nos echamos para atrás, sin embargo cuando Dios nos toma de la mano, todo cambia, ¡Papá va conmigo! Y aún en caminos oscuros donde no se ve el camino, vamos de Su mano y Él conoce el camino perfectamente.

Pon atención a la meta, que no te detenga el camino que vislumbras, mejor aprieta la mano de tu Padre y empieza a caminar. Porque con Él, de que llegas, llegas. No hay un solo camino que haya derrotado a Dios, o un solo camino donde los que han tomado su mano se hayan perdido.

Por último, cuando te encuentres en un buen lugar o un mejor nivel donde has llegado, no olvides darle las gracias a Dios, porque es Él el que te ha llevado a ese lugar. Por tus propias fuerzas, te lo aseguro, no hubiera sido posible.

Armando Carrasco