NIÑERÍAS

Dios es increíble y no me queda duda, cuando estudias detenidamente su instructivo, te das cuenta de que Dios desea bendecirnos aun más de lo que nosotros deseamos ser bendecidos, no alcanzamos a comprenderlo del todo, es parte de su esencia, el padre siempre esta dispuesto a bendecir a sus hijos en todo momento, pero como buen padre también es un hecho que El no va a bendecirnos más allá de nuestra capacidad para manejar adecuadamente las bendiciones.

«Amado ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud». 3 Juan 2

Aunque los celos, las envidias y el compararse con otros pareciera cosa de niños, es una realidad que como adultos batallamos aún con ellas. Situación que nos lleva a un terreno delicado, pues es una de las mayores causas para vivir en un desierto.  Es por ello que necesitamos hacer un ejercicio continuo de reflexión en nuestras vidas para identificar donde se están instalando patrones de pensamiento perjudiciales, no tiene nada de malo en descubrir que existen, lo malo sería seguir caminando con ellos, porque al instalarse en ti, el único camino que esta por delante es el desierto. No producen vida en ti.

Descubrir uno que otro pensamiento de este estilo es el resultado de la reflexión, ahora lo que tenemos que hacer es ir delante de Dios sin temor, siendo sinceros con El y hablar de lo que esta pasando en ti para tener este tipo de sentimiento, se honesto, de todas formas El ya lo sabe, no hay nada que pedamos ocultarle. Bendice a la persona por la que estas teniendo este sentimiento y dile a Dios lo difícil que esta siendo para ti, pero que a pesar de ello decides hacer lo correcto por amor a El. Recuerda que nuestro valor no está basado en lo que hacemos sino en el hecho de que Dios nos ama y dio a su hijo a morir por nosotros. 

Necesitamos aprender a alegrarnos por el éxito de los demás dejemos atrás las niñerías y seamos felices al ver como Dios bendice a otros, porque simple y sencillamente El, es Dios.