A DIOS LE GUSTA VIVIR EN TU CASA

Hemos cometido el gran error de relacionar la palabra Dios con religión. Y no creo que haya una sola religión en la historia de la humanidad que pueda “contener o administrar” a Dios.

Dios es una persona, con ojos, con boca y con oídos, le gusta relacionarse con otros, le gusta involucrarse con familias y ser parte de éstas. Las experiencias con Él se dan en la vida diaria, en el día a día, en la batalla del diario vivir, allí está Él. En medio de nosotros.

Somos Su hogar, así de fácil. Si lo entiendes te será fácil hacerle un espacio, te será fácil invitarlo a tu vida, te será fácil convertirlo en tu asesor particular para asuntos financiero o el mejor consultor para las grandes decisiones de tu vida.

Y cuando ya vive Dios en tu casa y es evidente que para ti y para tu familia es verdaderamente Dios, entonces invita a otros para presentarles a Dios. Porque no se trata de hablarles de Dios, se trata de que lo presentes, de que la gente vea que tan real es Dios en tu vida.

Se trata de presentarlo no de hablar de Él. Esa es tu función. Conocerlo para después presentarlo. Y la mejor manera de hacerlo es en tu propia vida, en tu propia casa.

No se necesita que seas el gran predicador o maestro, se trata de que seas genuino y sincero, que tengas una relación de Dios tan viva y real que se contagie a otros. No una vida dramatizada ni disfrazada ni enajenada, sino una vida real con Dios. De nada sirve el lenguaje Reina Valera 60, si Dios no vive en tu casa.

Abre tu casa, déjalo entrar. Dile que tu casa está abierta todos los días, que tu corazón está listo para recibirlo y adorarlo no solo los domingos, y que estás listo con el compromiso de hacer “un culto racional” (Ro 12:1) a Él en que con tu vida le preparas un lugar para habitar.

Él está tocando la puerta de tu casa y de tu vida, déjalo entrar y preséntalo con otros. No hay nada mas maravilloso que un hogar donde Dios encuentra un lugar para instalarse.

Y no importa que tu vida sea un cochinero, Él está acostumbrado a nacer en pesebres en medio de todo tipo de suciedad. Es experto en dejar esos espacios mas limpios de lo que tu pudieras hacer con tus propios esfuerzos.

En otras palabras ¡Dios no se queda en la Iglesia el domingo! ¡Qué aburrido dejarlo solo allí! Está buscando hogares donde vivir, y el tuyo ¡Es ideal!