PAZ Y AMOR…

“Que la bondad, paz y amor, nunca dejen de florecer para ti y a través de ti” Judas 1:2

Estos últimos días han sido muy estresantes, se me presentan unos cambios tan radicales ¡que me asusta! Sin embargo sé que son cambios impulsados por mi Padre y eso me da seguridad; pero el estrés continúa…y en medio de ese estrés resulta un poco complicado no dejarse llevar por los impulsos y las emociones.

Y de repente, abro la Palabra y me topo con esta frase — Que la bondad, paz y amor, nunca dejen de florecer para ti y a través de ti—y lo único que puedo hacer es detener mi loca carrera y analizar mi comportamiento.

Dios nunca deja de darnos su bondad, su paz y su amor, pero… ¿éstos fluyen a través de mí? ¿Estoy dejando que mi vida muestre de una forma clara y transparente mi confianza en Dios?

No debemos olvidar que aunque vivimos en este mundo, con todas sus complicaciones y estrés, no pertenecemos al mismo. Es decir, que nuestro comportamiento, no importando las circunstancias que estemos viviendo, debe ser regido por el Espíritu, no por el alma. El alma reacciona se emociona y puede incluso llevarnos a hacer cosas de las que nos arrepentiríamos.

Cada vez que sientas que el afán de lo cotidiano y la vorágine que te rodea te están arrastrando, te invito a que hagas un alto y permitas que esa bondad, paz y amor te inunden, te refresquen y puedas compartirlos con quienes te rodean.

Por supuesto que no es tan sencillo, lo sé perfectamente, pero siempre contamos con el mejor aliado, la mejor ayuda, con el amoroso Espíritu de Dios quien nunca se aleja y siempre está dispuesto a abrazarnos y fortalecernos.

Maru