EL PRINCIPIO DE LA CERCANÍA

El conflicto es la oportunidad.

La Iglesia en casa presenta un panorama de conflicto. Es una zona de convivencia y de relaciones humanas y sólo por ese hecho los conflictos son el pan de cada día, No es un lugar donde todos sean perfectos hijos de Dios. Es un lugar donde aflora lo más oscuro de nosotros. Esto es una realidad.

Sin embargo, y es lo importante, la Iglesia en casa también presenta un área de oportunidad donde todos podemos crecer y madurar. Cuando hay un conflicto se genera la oportunidad para crecer. El conflicto no debe terminar en guerra sin cuartel con un sinnúmero de bajas, más bien debe concluir con un crecimiento de todos los miembros involucrados.

En lugares donde sólo van a escuchar una conferencia no pasa nada, absolutamente nada, ahora después de muchos años me doy cuenta de esto. Sólo te presentas el domingo sigues la rutina y también sigues con tu misma vida. Pero en un lugar donde la convivencia es la parte núcleo de las reuniones, tu carácter, tus pensamientos, tus reacciones, tu forma de vida REAL, queda expuesta.

Por eso toma vital importancia entender el principio de la proximidad que Jesús nos enseñó. Dice la Biblia en Lucas 6:41/42:

“¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿o cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.”

El principio de la proximidad es este: Cuando convives con una persona te das cuenta de las “basuritas” que tiene en sus ojos, pero ya te acercaste tanto que esta persona también ya pudo ver tus “basuritas” en tus propios ojos. Es imposible no hacerlo estás tan cerca que tú también has quedado expuesto.

La convivencia produce cercanía y la cercanía produce percatarse de los errores de los otros. Pero es 100% recíproco. En otras palabras es que al acercarte a una persona puedes ver sus errores pero te has acercado tanto que esta persona también puede ver los tuyos.

El pasaje no dice que no le ayudes a sacar las “basuritas” del ojo de tu amigo, dice que primero saques las tuyas para que entonces si puedas ayudarle a sacar sus basuritas del ojo.

Eso es precisamente uno de los objetivos que buscamos al hacer Iglesia en casa, sacarnos las basuritas de los ojos. No dejar todo en palabras, no creer que por decir las cosas es suficiente, no basta con decir “¡Hey! Tienes una basurita en el ojo…” En este caso de la vida práctica los sermones son obsoletos. Dejar todo en palabras no ayuda en nada y sólo hace más grande el conflicto. El objetivo es sacar las basuritas. Pero primero estar concientes que también tenemos nuestras propias basuras. Y casi siempre son mas grandes feas y cochinas que las del vecino… dice el pasaje que antes de querer sacar las pajas de otros debemos sacar nuestras propias VIGAS.

Mira, una basura en el ojo es algo que estorba tu vida. Tener una pequeñita basurita hace que todo tu cuerpo esté inquieto. Pero sobre todo, no puedes ver claramente por dónde caminas. Este parte del pasaje está dentro de la reprensión de parte de Jesús donde dice que un ciego no puede guiar a otro ciego, dice exáctamente así en Lucas 6:39: “Y les decía una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿no caerán ambos en el hoyo?” Una pequeña basurita en tu ojo o una enorme viga provoca ceguera. Provoca que no puedas ver los hoyos que tienes enfrente.

El principio de la proximidad incluye que no juzgues ni condenes, sino que te muevas en el principio de ayudar y dejarte ayudar. Sabiendo que todo lo que haces repercute invariablemente hacia tu vida.

Toda este enseñanza se genera en Lucas 6:37 donde empieza diciendo: “No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados.”

Juzgar, condenar y no perdonar produce ceguera. Si todo se queda en palabras sin la intención de ayudar y dejarse ayudar, produce ceguera.

Por eso recalca muy bien que todo lo que hacemos tiene repercusiones en el mismo pasaje, en el versículo 38 dice: “Dad, y se os dará: medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís. Os volverán a medir”. Esto funciona para ambas direcciones. Lo que siembras cosechas, sea bueno o sea malo.

Concluyendo: la proximidad que produce la convivencia logra que podamos conocernos tal como somos. Dios no permite que veamos los errores de los otros sólo para que juzguemos y que todo se quede en murmuración, el propósito de la proximidad es ver la paja en los otros y tener la motivación de ayudar PERO también es necesario que nos dejemos ayudar. Es un crecimiento mutuo.

La próxima vez que veas un error en alguien piensa esto: ya te acercaste lo suficiente para ver su “basurita” pero también…ya te acercaste bastante como para que esa persona vea tu viga. No dejes de decirle que lo quieres ayudar…pero también ve preparado para dejarte ayudar.