TRES INGREDIENTES BÁSICOS DE LA IGLESIA EN CASA

Desarrolla una iglesia en casa, o en todo lugar o móvil como algunos le están llamando, necesita tener estos ingredientes básicos:

1) Relaciones fuertes, estables y duraderas. Al girar todo en torno a una familia, lo que se debe fortalecer es la relación entre los miembros. Una relación que permita una dinámica en la que todos crezcan, no solo en el conocimiento de las Escrituras sino en el nivel de relacionarse entre sí.

Tal vez una de las cosas mas difíciles que el género humano se enfrenta es a tener relaciones personales sanas estables y duraderas. Y la Iglesia debe proveer la plataforma y el ambiente para crecer en el trato unos con otros.

Es el trato entre los miembros que el Espíritu Santo trabaja en nuestro carácter, hay cosas en nuestro carácter que solo podemos crecer cuando están involucradas mas personas en nuestra vida.

Ser creyente no se limita solo a escuchar mensajes cada semana, necesita una práctica en la vida real, en la que podemos medirnos si verdaderamente creemos en Su Palabra.

2) Estar enfocado en el carácter. Las reuniones en grupos pequeños se prestan para enfocarse en temas «fascinantes» como el fin del mundo, el 666, el anticristo y esas cosas. Y no podemos caer en ese juego. Lo que Dios está levantando son hombres y mujeres que creen en Su Palabra y la ponen en práctica. Y los que se mueven en grupos pequeños deben poner énfasis en este lineamiento y no perder el enfoque.

Si bien es cierto que una reunión orgánica permite la participación de todos los miembros, se debe buscar que dicha participación no gire en temas que solo desgastan la reunión y a las personas y que no ayudan en nada en el desarrollo de su carácter. El enfoque es vital para mantener una reunión en en el hogar o grupo pequeño.

3) Se debe tener una confianza absoluta en el Espíritu Santo. Él es quien tiene el señorío del grupo. Él sabe cómo tratar con todos y cada uno de los miembros, y de cómo los hace crecer. Esto no quiere decir que sea una reunión desordenada ni planeada. Sino solamente que el que hace cambiar y crecer a las personas es Dios.

Todo el esquema, ambiente y formato debe ser pensado para que Dios se mueva libremente.

Armando Carrasco