DESPEJANDO LOS ESCOMBROS DEL CORAZÓN

Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que oyen el mensaje, pero muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida. Así que nunca crecen hasta la madurez.”

Lucas 8:14 NTV

En Lucas, encontramos un pasaje que nos advierte sobre la importancia de mantener nuestros corazones libres de las preocupaciones, las riquezas y los placeres efímeros que pueden alejarnos de la presencia de Dios. Describe las semillas que caen entre espinos, representando a aquellos que inicialmente escuchan el mensaje de Dios, pero cuyas vidas están abrumadas por las distracciones del mundo. En este blog, exploraremos cómo estos «circuitos ocupados» impiden que escuchemos a Dios y cómo podemos despejarlos para permitir el crecimiento espiritual y la madurez en nuestra fe.

  1. Los espinos que asfixian la semilla:

Los espinos representan las preocupaciones, las riquezas y los placeres mundanos que a menudo llenan nuestra vida y ocupan nuestros pensamientos. Estos elementos pueden crecer rápidamente y asfixiar la semilla de la Palabra de Dios en nuestros corazones, impidiendo que crezca y madure en nosotros.

  1. El desplazamiento del mensaje:

Cuando las preocupaciones diarias, la búsqueda constante de riquezas y los placeres efímeros ocupan el centro de nuestras vidas, lo que Dios habla queda relegado a un segundo plano. La saturación de estos aspectos terrenales desplaza y ahoga el crecimiento espiritual, dificultando nuestra capacidad de escuchar a Dios.

Hay tres cosas que ahogan el escuchar a Dios:

Preocupación. Las preocupaciones son malezas. Cuando estás demasiado ocupado con los problemas y las presiones de la vida cotidiana, hace que sea más difícil escuchar a Dios.

Riquezas. Puedes estar tan ocupado tratando de pagar tus deudas, tan ocupado tratando de salir de ellas, tan ocupado tratando de hacer más y tan ocupado ganándote la vida, que no haces una.

Placer. No hay nada de malo con el placer. Pero Dios dijo que cuando estás tan ocupado persiguiendo la diversión, lo pierdes a Él y Sus planes para tu vida.

III. Despejando los circuitos ocupados:

  1. a) Reconocimiento: Lo primero es reconocer qué elementos ocupan nuestros pensamientos y prioridades. ¿Estamos permitiendo que las preocupaciones mundanas dominen nuestra vida?
  1. b) Prioridades en perspectiva: Es importante evaluar nuestras prioridades y asegurarnos de que Dios ocupe el lugar central en nuestras vidas.
  1. c) Desprendimiento: Aprender a desapegarnos de las riquezas y placeres que pueden distraernos de nuestra conexión con Dios. Enfocarnos en lo espiritual nos enriquecerá de manera significativa y duradera.
  1. d) Disciplina: Crear hábitos de oración y lectura nos ayudará a fortalecer nuestra relación con Dios y a mantener nuestros corazones sensibles a su voz.

El versículo de Lucas 8:14 nos exhorta a examinar nuestros corazones e identificar los espinos que pueden estar impidiendo que escuchemos a Dios. Al despejar los circuitos ocupados con preocupaciones, riquezas y placeres efímeros, permitimos que la semilla de la Palabra de Dios crezca y madure en nosotros. En este proceso, seremos capaces de escuchar a Dios claramente y permitir que Su Palabra transforme nuestras vidas.

 Lizete Carrasco