¿DE QUÉ LADO VAS CAMINANDO?

Cuando se decide a recorrer el camino que Dios ha predispuesto para nosotros se encuentran grandes retos, a veces pareciera que las circunstancias nos obligan a recorrer un camino por en medio de lo que Dios quiere y lo que deseamos.

Lo cierto es que en el momento en que aceptamos este compromiso no vivimos ya como el resto, ahora somos hijos de Dios y como tal en nuestro actuar debe verse reflejado el hecho de que el Espíritu Santo habita en nosotros.

En este momento nuestra vida debe definirse en una sola, nuestro comportamiento no debe tener matices. Es meramente cuestión de decisión, de disciplina, de la confianza y el soporte de Dios, pues como sabemos, para Él no hay imposibles.

 Ustedes no pueden beber de la copa en la Cena del Señor y, al mismo tiempo, beber de la copa que se usa en las ceremonias donde se honra a los demonios. Tampoco pueden participar en la Cena del Señor y, al mismo tiempo, participar en las fiestas para los demonios.

1 Corintios 10:21

 Con esto no me refiero al hecho de fallar una gran cantidad de veces dado que es en sí algo normal, siempre tendremos a nuestro padre para levantarnos, si no al hecho de querer vivir un dia entre lo que ya conocemos que es herrar al blanco y la vida que como hijos de Dios debemos llevar.

Se trata de mantener una vida coherente a los principios de Dios. No es una tarea fácil dado que vivimos rodeados de factores que facilitan el contacto con un estilo de vida diferente al que Dios tiene planeado para nosotros, pero con su ayuda y agregando un esfuerzo es posible lograrlo.

 Ahora debemos preguntarnos: ¿De qué lado de la calle vamos caminando? ¿O es que vamos por en medio?.

 Ivana García