AGRADECE

Los últimos días al observar la luna y las estrellas he tratado de tomarme un momento para admirar la hermosa creación, y al hacerlo me he percatado de el regalo grandísimo de Dios al darme dos ojos con lo que puedo observar y admirar toda Su creación, y eso me hizo pensar que muchas veces agradecemos cosas grandes, cosas que vemos, cosas que nos parecen impresionantes o que no nos pasan todos los días; sin embargo olvidamos agradecer detalles que Dios nos regala todos los días.

Cada día Dios nos da la oportunidad de disfrutar de tantas, pero de verdad tantas cosas, que a veces no nos percatamos de todo lo que nos da, o a veces la pasamos por alto porque son cosas que son tan cotidianas en nuestra vida que nos olvidamos de que son regalos.

Albert Einstein dijo que había “dos formas de vivir la vida: una era pensando que nada es un milagro y la otra es que todo lo es”, cuando vivimos pensando que todo es un milagro recuperamos la habilidad de asombrarnos con cada cosa, y ver las cosas que Dios hace en nuestro día a día.

Debemos agradecer hasta las cosas que parecieran ser “insignificantes” o “pequeñas”, por ejemplo, agradecer que Dios nos da la oportunidad de disfrutar un nuevo día, de observar con nuestros ojos cada amanecer, atardecer o anochecer, de mover cada uno de nuestros dedos, que tenemos una familia que nos ama, un hogar, etc.

Hay tantas cosas que agradecerle, cada día Él nos demuestra su amor incondicional e inagotable de tantas formas y a través de tantas personas, a veces incluso de personas que no conocemos.

Dios desea que tengamos un espíritu de gratitud todo el tiempo, y podemos agradecer, si con palabras, pero también debemos agradecer con nuestras acciones; al darle gracias a Dios lo honramos.

En la biblia nos menciona que no nos inquietemos, que oremos, le presentemos nuestras peticiones y le agradezcamos, porque también agradecer es una forma de adorarlo. 

Karen Corona