COMENZANDO POR NOSOTROS

COMENZANDO POR NOSOTROS

“Si hubiera más admiración del uno por el otro, habría menos envidias y lucha de poderes entre géneros”

Este es el pensamiento con el que abrí los ojos una mañana.

Muchos de nosotros fuimos formados con un espíritu crítico, quizás hacia nosotros mismos, pero indudablemente hacia los demás. Y me refiero a la crítica que se enfoca en defectos y en fallas, cuya intención es anular, menguar, disminuir. Esa crítica es la que, creo yo, debemos desarraigar de nuestro carácter. Hace poco leí esto: “Brindo por mis virtudes, porque de mis defectos todo el mundo está pendiente

La verdad me causó risa al principio, pero viéndolo bien, es muy cierto.

Todo el mundo nota más fácilmente nuestros defectos que nuestras cualidades, lo hacemos todos los días y cada rato, y generalmente empezamos por los de casa: esposo/esposa e hijos.
Qué tal si cambiamos el enfoque, qué tal si nos atrevemos a ver las cualidades y las virtudes. Y dejamos eso que consideramos “defectos» en las manos de quién sí puede cambiarlos, es decir: Dios.

Imaginemos por un momento que nos regalan una pintura valiosísima de un artista reconocido mundialmente, la tenemos en casa y únicamente sabemos que vale mucho, pero no captamos totalmente lo que el artista quiso plasmar en el lienzo. Vemos que tiene unos colores hermosos, que su paisaje es bello, pero nada más, ¿qué hacemos?

Quizás investigar sobre la vida del autor, para así tratar de entender su obra, pero seguramente colocaríamos el cuadro en un lugar especial donde todos puedan verlo, donde no se maltrate, que no guarde polvo, que no haya humedad, en fin… lo cuidaríamos, le dedicaríamos tiempo porque estamos valorando esa obra.

Bueno, pues en casa tenemos una obra de arte que está aún en proceso, cuyo autor es el mismo Creador de los cielos y la tierra, me refiero a nuestra pareja; ¿por qué mejor no nos enfocamos en las cualidades que tiene y le admiramos por las mismas, reconocer sus esfuerzos y sus logros, valorarle, procurarle y animarle?

Que tal que nos dedicamos más a conocer al Autor de esta obra, adentrarnos más en su carácter y así entender su propósito con ella, con él. Creo que, si entendemos el propósito, definitivamente habría menos desgaste, menos abuso, menos contiendas y más respeto y amor hacia el otro.

Un sinónimo de admirar es respetar, otro es disfrutar, gozar… no es negar que todos tenemos áreas de nuestro carácter que es necesario mejorar, pero no nos podemos encargar de que el otro mejore, eso es algo íntimo entre Dios y la otra persona; lo que sí podemos hacer  es disfrutar, gozar, respetar; es decir, admirar al otro por lo que ya es y así generar un ambiente de armonía y seguridad, que nuestro hogar sea el lugar donde valoramos y se nos valora, donde damos y recibimos ánimo. El lugar especial en el que Dios nos ha colocado.

Eugenia Flores.