En medio de tanto caos, debemos buscar lugares seguros. Nuestra rutina diaria está llena de agresividad ya sea en el tráfico, muchas veces en el trabajo o con los vecinos, pero siempre hay agresividad en contra de uno. Por eso es tan placentero tener un refugio que sea tu lugar seguro. Es horrible cuando una persona además de sobrevivir en la calle, tiene que sobrevivir en su propio hogar.
Mira lo que encontré:
“…Estoy pisando tierra firme cuando alabo al SEÑOR en medio de toda su asamblea….” Salmos 26:12
¡Lo leí y me encantó! Porque el lugar donde nos reunimos con otros creyentes es un lugar seguro, es un lugar donde puedes llegar a descansar. Donde reposas de toda la agresividad que te topas con el día a día. Y tener un lugar así es algo que no tiene precio.
Por eso debes de cuidar el lugar donde te reúnes. No esperes a que otros lo hagan, se tú un cuidador de ese ambiente seguro. Es una buena meta en tu vida, porque al fin y al cabo tú perteneces allí.
Pero también creo que debemos buscar la manera de que en todo sitio donde operemos nuestro oficio, nos pongamos la meta de convertirlo en un lugar seguro.
Quitar la grilla, el rumor, el chisme, la venganza y cualquier cosa que provoque agresividad. Vale la pena, cuando la gente lo entiende, pone de su parte. Es increíble lograr que tu familia sea un refugio seguro, es increíble que el lugar donde te reúnes con otros creyentes sea una zona protegida y será súper increíble si tu trabajo también se convierte en un lugar seguro.
Creo que vale la pena trabajar en eso, y no me refiero a que vas a poner alabanzas en tu trabajo a todo volumen, la mejor forma de adorarlo es viviendo con principios. Mejor instala principios. Una vez que los instalaste, éstos trabajan por sí solos. Vale la pena, ¿no lo crees?
Armando Carrasco Z.
