Hay mucha gente que dice creer en Dios, es más; hay mucha gente que dice que lo ama. Yo soy uno de esos. Yo digo que creo en Dios y digo que lo amo. Sin embargo, hace un tiempo me topé con este pasaje que me hizo reflexionar mucho:
“…Pues el amor llega a su perfección cuando uno obedece lo que Dios enseña. La prueba de que andamos bien con Dios es la siguiente: el que dice que permanece en Dios, debe vivir como vivió Jesús…” 1 Juan 2:5-6
Creo que, de acuerdo con este pasaje, el amor se perfecciona. El amor empieza por creer en Dios y debe perfeccionarse cuando no sólo crees en Él, sino a Él, es decir; el amor empieza cuando le dices que lo amas y se perfecciona cuando lo obedeces.
¿Es bueno creer en Dios? ¡Por supuesto! Pero es mejor creerle a Dios.
¿Es bueno decirle que lo amamos? ¡No hay duda! Pero es mejor cuando lo demostramos con obediencia.
Los hechos perfeccionan el amor. Dios no sólo nos dijo que nos amaba, Él mismo nos lo demostró. Dejó pasos concretos para que quedara claro, con hechos, que nos ama de una manera perfecta.
Cada enseñanza que tienes de Su Palabra es una magnífica oportunidad para demostrarle que lo amas. Si quieres realmente demostrárselo, haz que esa enseñanza no se quede en información, sino que se traduzca en actos.
No se trata solo de estudiar las enseñanzas de Jesús, se trata de vivir como Él vivió, se trata de transformar toda nuestra vida para seguir sus pasos.
El amor de Él hacia ti ya es perfecto, ahora deja que el amor se perfeccione en ti. Pasemos de las palabras a los hechos.
Armando Carrasco Z.
