Dicen que un buen perfume o una buena loción es una excelente tarjeta de presentación. Y definitivamente yo creo que sí, en las cantidades apropiadas, definitivamente sí. Sin embargo la Biblia nos enseña que hay algo mejor que una loción o un buen perfume, mira:
“…Más vale una buena reputación que un perfume costoso…” Eclesiastés 7:1
La buena reputación, el buen nombre, son mejores que el perfume mas caro. Lo que tú eres públicamente esa es tu reputación, el buen nombre no es algo privado que sólo tu sepas, la reputación es cómo te perciben los demás. Y eso tiene que ver con carácter. Tu conducta crea tu reputación.
Dicen que tu loción o perfume es lo primero que llega a un lugar y lo último que se va, se queda en el aire tu aroma, así también es la reputación, yo creo que por eso la comparación en este pasaje, no importa si tú no estás presente, tu reputación es un aroma que se queda en la gente. El aroma de tu carácter habla de ti aún cuando nos estés allí.
Un perfume se crea con la combinación de varias especias, el arte está en qué y cómo se combinan, así mismo tu reputación, se construye de muchos aspectos de tu vida, tus pensamientos, tus convicciones, tus decisiones, tus palabras, tus elecciones, son los ingredientes que harán un aroma único e irrepetible, y será o un buen aroma, mejor que el perfume más caro o será un perfume de mala calidad, o quizá hasta sea un aroma desagradable. Tu conducta es tu aroma.
Cuando tú has creído en Jesús, le haz permitido que te lleve a su laboratorio y allí como el mejor de los perfumistas, prepara de tu vida el mejor aroma, un aroma único, un aroma irrepetible que capturará esencias divinas, y creará notas celestiales que llevarán a los que te conocen a querer saber más de ese perfume.
El maestro perfumista sólo te pide una sola cosa, tu voluntad rendida a Él, porque si no, lo que saldrá será una aroma que lleva mucho de ti y poco de Él y eso aún el olfato mas novato lo percibirá.
Tú estás hecho para transmitir ese aroma que puede transmitir lo que Dios es, tú eres el alabastro que lleva un perfume especial, el perfume de una vida rendida a Él.
Armando Carrasco