Una de las cosas más fuertes de la vida es soportar las situaciones difíciles en medio de situaciones difíciles. A veces nos llueve sobre mojado como decimos en México, sin embargo leí esto y quiero compartirte mis observaciones:
“…También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia…” Romanos 5:3
¡A veces leemos la Biblia sin detenernos a ver lo que dice! Aquí dice que hay quienes disfrutan y se alegran al enfrentar pruebas y dificultades. ¿Cómo es eso posible? Es una buena pregunta. Porque todos pasamos por dificultades y para nada que nos alegramos, al contrario sufrimos y nos martirizamos.
Una enfermedad, la muerte de un familiar, una situación económica, un accidente, y un largo etc, de problemas de la vida serios, que difícilmente podemos verlos como plataformas de disfrute.
Sin embargo si la Biblia lo dice es por algo. Yo creo que debemos abrir la mente y estar conscientes no sólo de nuestra adversidad sino de algo mas grande, que es la obra de Dios en nuestras vidas. En esas adversidades Dios mete su mano en nuestras vidas. Y podemos ver de cerca de Dios, podemos ver que esas circunstancias Él las usa para hacernos crecer.
Cuando podemos ampliar nuestra visión de lo que realmente está pasando y vemos más allá de las dificultad podemos ver que eso un día será una anécdota. Y la platicaremos sonriendo… ¿por qué entonces no sonreír desde ahora?
Ese problema que estás pasando en el futuro será una anécdota, si eres creyente, será una victoria, entonces disfruta el proceso. El dolor quiere que veas solo el dolor, Dios quiere que veas mas allá del dolor, quiere que veas su mano, su proceso pero sobre todo los resultados.
Precisamente son los resultados aquello por lo que vale la pena disfrutar el proceso. Porque de acuerdo a este versículo esas dificultades y adversidades producen resistencia. Ahora eres mas resistente. Después de procesos eres mas resistente. En otras versiones dice que produce paciencia, y también me gusta, el mal del siglo es la impaciencia, todo lo queremos rápido y los procesos de Dios nos recuerdan precisamente que la paciencia es todavía una de las grandes virtudes de los hijos maduros. Cuando veas la adversidad y empiece el malestar, extiende la visión y asómbrate de qué tan cerca está Dios de ti.
Armando Carrasco