ANTÍDOTO CONTRA LAS PREOCUPACIONES

Muchas veces en la vida hemos sentido preocupaciones. Muchos de nosotros vivinos preocupados. Dicen que preocuparse es sufrir por cosas que ni existen. Y nuestra mente lo acepta pero en el día a día, nos preocupamos y vivimos intranquilos, sin embargo encontré algo en la Biblia que me hizo pensar mucho:

“…Las preocupaciones no dejan a la gente ser feliz, pero las palabras de aliento le traen alegría…” Proverbios 12:25 (DBT)

Es cierto, las preocupaciones impiden que la gente sea feliz, hacen que se viva intranquilo esperando por situaciones muchas veces ficticias. Lo cierto también es que muchas veces no sabemos cómo motivar a una persona preocupona. Y por eso me encanta la Biblia, porque siempre nos da el cómo.

La próxima vez que te estés con una persona que esté preocupada por algo, no le digas “no te preocupes”, “todo va a salir bien”, “échale ganas” esas no son palabras de aliento, esas son frases echas que ya no se escuchan realmente, es ruido en el aire.

Piensa bien lo que le vas a decir, esfuerza un poco tu mente, se creativo y usa palabras de aliento. Palabras de aliento son palabras que infunden vida y ánimo. Son palabras que retan no que consuelan. Palabras que re-animan, que vuelven a la vida. No son palabras que traen esperanza son palabras que te dan una descarga eléctrica que hace que revivas. El consuelo y la esperanza están bien y tienen su lugar, pero no para los preocupones. El preocupón necesita una bomba de poder, palabras que los hagan reaccionar.

Por otro lado, si tú eres el preocupón, y no hay nadie que te esté bombardeando con palabras de aliento, entonces toma tu la iniciativa y bombardéate tú mismo. Puedes escribir frases bien pensadas que reten tu manera de pensar, puedes grabarlas también y escucharlas cuando las necesites. Puedes hacer cuadros con frases retadores explosivas, atrevidas y extremas que logren despertarte y sacarte de esos pensamientos que te agobian y no te dejan ser feliz. Pensamientos que la mayoría de las veces no son ciertos.

Creo que ser preocupón es un hábito, y creo que para salir de esa zona un buen hábito nuevo es bombardearnos con frases de aliento, de poder, que logren contrarrestar el efecto de los pensamientos que nos preocupan. Los resultados son diametralmente opuestos; las preocupaciones te quitan la felicidad y las frases de aliento te dan alegría. ¡No te tardes!

Armando Carrasco