LABRADO EN LA CANTERA

A veces creemos que por reunirnos todos los domingos vamos a ser cambiados como por arte de magia, no entendemos que muchas de las cosas que Dios hace en nosotros las trabaja en nuestra vida diaria no en el “templo”. Mira lo que dice este pasaje:

“…Las piedras que se usaron en la construcción del templo se labraban en las canteras, de modo que no hubo ruido de martillo, ni de hacha, ni de ninguna otra herramienta de hierro en el lugar de la obra…” 1 Reyes 6:7

Me ha tocado verlo a través de los años una y otra vez, nos confiamos con personas que tienen problemas porque los vemos que asisten todos los domingos y nos sorprendemos que de repente no sobreviven a las crisis. “Cómo es posible si eran muy fieles” y nos hacemos comentarios así.

Efectivamente hay cosas que Dios hace y transforma en nosotros cuando nos reunimos y es sumamente importante congregarnos de forma regular, pero eso no garantiza que tan solo por reunirnos seremos transformados.

Nosotros somos piedras vivas dice la Palabra, las piedras que Dios usa para edificar una habitación espiritual donde Dios se manifiesta, y nuestro carácter se forma en los hechos de la vida diaria… se forja en la cantera.

Dios labra las vidas de sus hijos en los detalles difíciles de la vida cotidiana. Con los compañeros de trabajo, con los jefes, con los maestros, con los compañeros de escuela, con los vecinos, con el esposo, con los hijos, allí todos los días.

Tu vida diaria es tu cantera, allí se forja tu carácter, allí te moldea Dios a su imagen y semejanza y te prepara para que el día de reunión, cuando te unes a otras piedras vivas no se escuche un ruido de labranza, mas bien que sólo se escuche la adoración del corazón.

No lo olvides, hay dos formas en la que Dios trabaja, una es en Su Presencia; las cosas que Él hace cuando estamos con Él y corporativamente, sólo por estar en disfrutando de Él, somos cambiados en las áreas que Él quiere transformarnos. Pero también hay otras cosas, principalmente de nuestro carácter, que Dios las moldea en la cantera, en el diario vivir, donde se necesita martillo y hacha. El resultado final es una obra completa. Es una obra que se parece a Su Creador.

Armando Carrasco