PARA OTROS

A veces, perdemos la brújula y por supuesto perdemos el camino, y cuando nos damos cuenta ya estamos perdidos y lejos de los caminos de Dios. Este pasaje me enseñó algunas cosas de gran valor:

“…¡Regresa a tus ciudades por el mismo camino por el que te fuiste! ¡Pon señales y marcas, y fíjate bien cuál es el camino!…” Jeremías 31:21

Cuando lo leí la primera vez no entendí bien a qué se refería, obviamente me acordé del cuento de Hanzel y Grettel, donde para no perderse iban poniendo migajón en el camino. Pero aquí es al contrario, Dios le está hablando a alguien que ya pedió el rumbo y le pide que regrese por el camino pero que vaya poniendo señales y marcas.

Mi duda era que para qué poner esas señales y marcas si ya no las utilizarían, y de nada le servirían, pues irían de regreso. Pero de repente lo entendí; las señales y las marcas son para otros.

Esas señales que tú dejas son para otros que pierdan el camino o que empiezan a alejarse de Dios, que puedan ser prevenidos acerca de dónde los lleva ese camino del cual tú vas regresando con grandes derrotas y pérdidas.

Una vez que te has arrepentido y que has decidido regresar a los buenos caminos, ¡que no sea en vano! Deja señales preventivas, deja marcas que puedan avisarles a otros que ese camino no tiene un buen fin.

¡Esas advertencias valen oro! Algunos no van a escuchar, pero otros por supuesto que lo harán, por supuesto que atenderán tus señales de advertencia y regresaran pronto. Muchas veces tomamos caminos equivocados y no hay señales que nos adviertan.

Así como en las carreteras hay postes con letreros que avisas de los peligros en el camino, por ejemplo una curva peligrosa, o zona de deslaves o tal vez cruce de ganado. Y ya depende de cada conductor si obedece o no la señal. Así mismo con las señales que dejes, ya sabrá cada quien si la obedece o no, pero déjame decirte que con uno que lo salves, habrá valido la pena.

Una señal puede salvar una vida. Tal vez nadie te lo agradezca pero esas señales son vida para otros.

La señal mas indeleble que Jesús dejó fue la cruz. La humaidad ha hecho de esa señal una religión y a veces hasta un amuleto. Pero ciertamente es una señal, una señal que nos indica el camino de vida, es una “vuelta en U” espiritual. Cuando la ves y decides creerle, tu vida cambia 180 grados. Y encuentras la vida. Las señales son para obedecerlas.

Armando Carrasco