UN PALACIO DE LUJO NO TE HACE MEJOR REY

Cuántas veces hemos escuchado acerca de las apariencias, frases como “no todo lo que brilla es oro” que hemos escuchado desde niños, que no nos hacen tener cuidado de las apariencias tanto de los otros como la de nosotros. Mira lo que encontré en la Biblia:

Pero un hermoso palacio de cedro ¡no hace a un gran rey! Josías, tu padre, también tenía mucha comida y bebida; pero él era justo y recto en todo lo que hacía. Por esa razón Dios lo bendijo. Hizo justicia al pobre y al necesitado y los ayudó, y le fue bien en todo. ¿No es eso lo que significa conocerme? —dice el Señor—. ¡Pero tú, solo tienes ojos para la avaricia y la deshonestidad!…” Jeremías 22:15-17

En verdad me impactó. Tener un palacio de lujo no te hace ser buen rey. Puedes tener los mejores lujos pero eso no te hace ser mejor persona. No te confundas. Tener abundancia no te hace ser mejor que otros. Debemos tenerlo siempre presente.

No debemos poner nuestros ojos en lo que tenemos como si esas cosas nos hicieran mejores personas, debemos disfrutarlas pero mas que eso debemos enfocarnos a ser buenos reyes, mejores personas.

Mas adelante en este pasaje –que está dirigido a Joacim- le recuerda que su padre también tuvo abundancia pero la diferencia es que practicaba la justicia y la rectitud. Y eso hacia una diferencia enorme.

La justicia y la rectitud deben acompañarnos en nuestra vida, tengamos escasez o abundancia. Sin embargo la abundancia hace que creas que eres mas bueno, o mas inteligente o mejor persona. Eso es soberbia y poco entendimiento de saber quién es el que da las cosas.

Cuando aumenten las riquezas no pongas tus ojos en ellas, no pierdas de vista la sensatez y el buen entendimiento. Tú vales por lo que eres, no por lo que tienes.

Pero al leer este pasaje nos damos cuenta que este asunto es aún más profundo, dice: “…Hizo justicia al pobre y al necesitado y los ayudó, y le fue bien en todo. ¿No es eso lo que significa conocerme? —dice el Señor—…” Hacer justicia al pobre y al necesitado en medio de nuestra abundancia, es conocer a Dios. Si no lo haces conoces poco a Dios. Si cuando llega la abundancia pones tu mente en que en la riquezas y te olvidas del necesitado… solo se comprobará que tienes muy poco conocimiento de Dios.

Es un testimonio de que de verdad conoces a Dios. Cuida tu corazón cuando venga la abundancia. Cuida tu corazón cuando venga la escasez. Tener un palacio de lujo, no te hace mejor rey.

Armando Carrasco