Los amigos son un regalo maravilloso que Dios nos da, nos encanta pasar tiempo con ellos, platicar, reír y hasta llorar, tomamos cualquier pretexto para juntarnos y hacer algo, el objetivo estar juntos y punto.
Si te pones a pensar los amigos siempre están presentes en todas nuestras etapas de la vida, quién no recuerda a sus amigos en el kinder, bueno mi recuerdo es un poco vago pero puedo recordar un hermoso árbol donde solíamos jugar. Los amigos de la primaria son muy interesantes, recuerdas a la mayoría, el chistoso, el inteligente, el latoso, la bonita, la delicada, etc., y podríamos seguirnos, pero a lo que voy es que los amigos son importantes en nuestra vida y siempre están presente en ella, pero cuando uno empieza a madurar y a tener mayor responsabilidad de sus actos, entiende que el regalo de la amistad es algo incomparable, valioso y sumamente importante en la vida, porque va más allá de una simple empatía, de buenos ratos, de estar en las buenas y en las malas, un verdadero amigo puede meter la mano en tu corazón aún sabiendo que es doloroso pero que es por tu bien, un amigo te lleva y te impulsa a nuevos niveles a pesar de la incertidumbre, un verdadero amigo no se conforma con bueno ratos sino que habla la verdad aunque resulte incomoda; lo lamentable de este proceso es que es doloroso y sino tenemos la suficiente madurez podremos sentirnos lastimados o desilusionados, con Dios siempre hay nuevas oportunidades y si tu tienes un amigo o una amiga así, dale gracias a Dios por su vida, no la sueltes y permanece cerca, busca la verdadera amistad.
«Más te quiere tu amigo cuando te hiere que tu enemigo cuando te besa» Proverbios 27:6 TLA