EL INTERÉS TIENE PIES

Cuando Dios llega a nuestra vida, empieza por poner todo en orden. Nos da el más hermoso regalo que podríamos tener, a su hijo; comprando con su sangre nuestra libertad. Al abrazar a Cristo podemos respirar la paz que solo El puede darnos y que solo en El podemos encontrar.

«La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo». Juan 14:27

Pero no solo el sentirse en paz es un regalo que proviene de parte de Dios, sino el entender el verdadero valor de las cosas, aquel que nos es revelado cuando abrazamos el sacrificio de la cruz, porque nuestros ojos son abiertos a un nivel de entendimiento donde lo material, lo físico ya no importa.

«Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son una locura; y tampoco las puede entender, porque tienen que discernirse espiritualmente». 1 Corintios 2:14

Suena muy fácil y es lo que se busca, bueno eso es lo que Cristo desea en nosotros, que tengamos un corazón que anhele las cosas espirituales más que las materiales en esta vida; todo es pasajero y se queda; más lo verdaderamente eterno es nuestro Espíritu, entonces ¿no crees que deberíamos de preocuparnos más en atender y retener lo verdaderamente eterno? Desarrollar una vida basada en el discernimiento de las cosas espirituales es algo que solamente depende de nosotros, es responsabilidad nuestra, como dice mi tía Jacqueline «el interés tiene pies» entonces activémonos en una búsqueda constante de Dios. Como niños pequeños, lloremos, gritemos (leer, orar, reunirse) hagamos todo por llamar a atención de Dios, para que de El provenga el pan de vida que necesitamos.

«Busquen, como los niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por medio de ella crezcan y sean salvos». 1 Pedro 2:2