CUANDO UN AMIGO SUFRE

Creo que en la vida, de vez en cuando, nos encontramos con la necesidad de consolar a un amigo amado. Lo vemos sufrir y queremos rodearlo de palabras de ánimo y tratamos de hacer lo que esté a nuestro alcance para fortalecerlo y apoyarlo. Lo amamos y lo que queremos es que pronto se recupere.

Pero hoy quiero hablar de algo que también me he dado cuenta. Cuando tu amigo del alma, se ha alejado de Dios y está caminando fuera de Su Palabra, a veces, entramos en el conflicto de pensar que está así por sus equivocadas decisiones. Los amamos es cierto pero creemos que están viviendo las consecuencias de sus actos. ¡Y puede ser cierto! Sin embargo están sufriendo. Mira loque encontré en el libro de Job:

“…Al amigo que sufre se le consuela, aunque se haya olvidado del Todopoderoso…» Job 6:14

Me ha tenido pensando y mucho. ¡Porque eso es misericordia! Eso es seguir amando a nuestros amigos aún cuando se hayan alejado de Papá. Mi amor por mis amigos no cambia por sus circunstancias ni por sus malas decisiones los seguimos amando. Tal vez no estemos de acuerdo en lo que están haciendo, pero ¡los amamos! Y debemos demostrárselo.

¡No solo eso! Tú eres la luz que Dios usa para consolar y encontrar a los que se han perdido. Mira:

“…O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No enciende una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla?  Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: “Alégrense conmigo; ya encontré la moneda que se me había perdido.” Les digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente…” Lucas 15:8-10

De este pasaje me impactan dos cosas; la primera; dice que la moneda ¡tiene dueño! Dios tiene hijos que andan perdidos, y la segunda es que dice: “…¿No enciende una lámapra…?” Esa lámpara eres tú. Es la lámpara que Dios usa para encontrar a sus hijos perdidos. Aquellos que se han alejado de Él.

Por lo que si un amigo tuyo, que antes caminaba con Dios y se ha alejado, y ahora está sufriendo, no lo critiques, apóyalo, que sienta el consuelo de un amigo que lo ama. Que sienta que Dios lo está buscando, que hay una luz que puede guiarlo a casa de nuevo.

Déjate usar por Dios, eres una luz que Dios enciende para buscar a los suyos.

Armando Carrasco