«Aquellos que se niegan a cuidar de sus familiares, especialmente los de su propia casa, han negado la fe verdadera y son peores que los incrédulos». 1 Timoteo 5:8
Palabras muy fuertes cuando se nos confrontan con ellas, uno pensaría que los que están en casa tienen que seguir tus creencias, porque el amor que está en ti te consume y por lo tanto tendría que consumir a los que te rodean, pero no es así, si en nuestro diario vivir, en nuestro entorno, lo vemos como una batalla, ¿Por qué tendría que ser diferente con nuestros hijos?
Es nuestra responsabilidad como padres, el cuidar que nuestros hijos, se nutran de Dios, que tengan un alimento fresco y apropiado a su edad, claro y fácil de aplicar, para que tengan una base sólida en la cual construir su vida.
Si tienes hijos pequeños, estarás de acuerdo conmigo en que si hoy no los equipas en lo espiritual, emocional y físico; el día de mañana ya no tendrás la misma oportunidad.
Hoy es el día para que nuestra verdadera fe sea notoria en casa… ¿Qué vas a hacer hoy?